Los rayos X son
radiaciones electromagnéticas cuya longitud de onda va desde unos 10 nm hasta
0,001 nm (1 nm o nanómetro equivale a 10-9 m). Cuanto menor es la longitud de
onda de los rayos X, mayores son su energía y poder de penetración. Los rayos
de mayor longitud de onda, cercanos a la banda ultravioleta del espectro
electromagnético, se conocen como rayos X blandos; los de menor longitud de
onda, que están más próximos a la zona de rayos gamma o incluso se solapan con
ésta, se denominan rayos X duros.
Los rayos X
formados por una mezcla de muchas longitudes de onda diferentes se conocen como
rayos X ‘blancos’, para diferenciarlos de los rayos X monocromáticos, que
tienen una única longitud de onda. Tanto la luz visible como los rayos X se
producen a raíz de las transiciones de los electrones atómicos de una órbita a
otra.
La luz visible
corresponde a transiciones de electrones externos y los rayos X a transiciones
de electrones internos. En el caso de la radiación de frenado o bremsstrahlung,
los rayos X se producen por el frenado o deflexión de electrones libres que
atraviesan un campo eléctrico intenso. Los rayos gamma, cuyos efectos son
similares a los de los rayos X, se producen por transiciones de energía en el
interior de núcleos excitados.
Los rayos X se producen siempre que se bombardea un
objeto material con electrones de alta velocidad. Gran parte de la energía de
los electrones se pierde en forma de calor; el resto produce rayos X al
provocar cambios en los átomos del blanco como resultado del impacto. Los rayos
X emitidos no pueden tener una energía mayor que la energía cinética de los
electrones que los producen.
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